sábado, enero 31, 2009

¿Nacer de nuevo?

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. (Juan 3:3-5 RV60)

En su primera carta, el apóstol Juan, hablando de Jesús explica que… a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (1Juan 1:12-13 RV60) y más adelante define con claridad que “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.” (1Juan 5:1 RV60)

Juan es muy explícito en decir que “todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” (1Juan 5:4 RV60).

Si consideramos lo que Pablo nos transmite de parte de Dios en su epístola a los romanos (10:8-13 RV60): Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Todos los que hemos creído y confesado que Jesús es el Señor, el Cristo, el Hijo de Dios, que murió para pagar por nuestros pecados y resucitó por obra del Espíritu Santo de Dios recibimos el regalo más grande de Dios para la humanidad: hemos nacido de nuevo de Dios para ser sus hijos amados y coherederos de la eternidad juntamente con Jesús.

Por ese mismo amor de Dios, no podemos permitir que las personas que desconocen esta alegrísima noticia se pierdan por nuestro silencio… Jesús es el único camino al Padre, no existe otra forma de alcanzar la vida eterna sino por medio de Él.

La única manera de satisfacer plenamente nuestras vidas, y en consecuencia nuestras necesidades, es en Cristo. Para los cristianos, presentar y compartir este evangelio no es opcional, es la principal razón por la cual vivimos.