sábado, mayo 16, 2009

Honra a Padre y Madre

Porque Dios dijo: "HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE," y: "QUIEN HABLE MAL DE SU PADRE O DE SU MADRE, QUE MUERA." Pero vosotros decís: "Cualquiera que diga a su padre o a su madre: 'Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado', no necesitará más honrar a su padre o a su madre." Y así invalidasteis la palabra de Dios por causa de vuestra tradición. (Mateo 15:4-6 LBLA)

Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, honrar significa, entre otras cosas: estimar y respetar la dignidad propia de la persona, tener y emitir buena opinión y afamar a alguien por su virtud y mérito, demostrar aprecio a alguien por su virtud y mérito.

El mundo actual, empleando como excusa las libertades individuales y muchos otros argumentos de carácter humanista, está deteriorando cada vez más la relación de respeto y honra que se debe a los mayores, especialmente a los padres por la virtud de haber vivido y experimentado más.

En esta época no es extraño encontrarnos creyendo que sabemos más que nuestros padres, como producto de nuestro dominio de disciplinas, técnicas, tecnologías y métodos de trabajo actuales que para nuestros mayores sólo se veían en novelas de ciencia ficción.

Realmente, la escala de valores de nuestro mundo ha dado mayor valor al conocimiento que a la sabiduría de Dios que nos dice: Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies. (Proverbios 23:22 RV60).

Esta tergiversación de valores es producto de un alejamiento permanente del gobierno y obediencia de Cristo en nuestra vida… rendirse haría que, como dice Isaías, sobre nosotros operara el Espíritu Santo tal y como operó en Jesús: Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. (Isaías 11:2 RV60).

Mucho del efecto de esta profecía se ve en la comunicación sincera y obediencia de Jesús al Padre: Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; (Hebreos 5:7-8 RV60).

Dios no ha cambiado, Él es el mismo hoy que cuando dijo: Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová. (Levítico 19:32 RV60).

La sabiduría de Dios nos conduce a presentar un especial respeto por los mayores, tanto que el Señor mismo promete larga vida para quienes honren a su padre y a su madre. Honrar a Padre y Madre implica amarles, servirles, escucharles, apreciarles, obedecerles, respetarles, proveerles, poner en alto su nombre y su dignidad…
¡¡¡ SIEMPRE... !!!, sin que importen sus errores, su pasado e independientemente de nuestros sentimientos hacia ellos.