sábado, septiembre 12, 2009

Su voluntad se vive…

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12:2 RV60)

Dios tiene deseos sublimes y propósitos eternos para cada uno de sus hijos, descubrirlos depende de renovar nuestra manera de pensar, permitiendo al Espíritu Santo realizar en nuestro interior un cambio radical de mentalidad para que sea Cristo quien manifieste su carácter por nuestro medio.

Por buenos que nos hayamos considerado a nosotros mismos, siempre la bondad de Dios es superior y nos la ofrece en hechos concretos. Su voluntad es siempre hacer y que hagamos lo bueno, Él tiene pensamientos de paz y no de mal, para que cumplamos el propósito de nuestra vida.

La voluntad de Dios es siempre agradable porque el camino al destino que Él nos ha reservado es siempre superior al que podemos imaginar: Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. (Isaías 55:9 RV60).

Dios, por su gracia y amor, nos revela sus intenciones… dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. (Efesios 1:9-10 RV60), pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; (1Tesalonicenses 4:3 RV60), dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. (1Tesalonicenses 5:18 RV60) Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. (Juan 6:40 RV60).

La voluntad de Dios se perfecciona en nosotros cuando supera nuestras debilidades con el poder del Espíritu Santo. Jesús nos enseña a orar al Padre cediendo el total control y gobierno de nuestra vida: Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. (Mateo 6:10 RV60).

Edificarse en la voluntad de Dios es un estilo de vida que se desarrolla de forma práctica permaneciendo siempre conscientes de su presencia, en una actitud de amor y dependencia total del Padre, agradecidos por la misericordia y gracia concedida a nosotros en Cristo. La voluntad de Dios como Padre ejemplar, es reunir a todos sus hijos en Cristo.

Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. (Juan 4:34 RV60). Como Él nosotros hemos de satisfacer el propósito para el cual fuimos creados y será Él, quien obrando en nosotros por su Espíritu, ministrará a nuestro corazón la necesidad de querer y hacer su voluntad, actuando durante toda nuestra existencia en la tierra para perfeccionarnos y llevarnos a la estatura de la plenitud de Cristo, por quien existen todas las cosas y para quien vivimos y morimos.