sábado, octubre 25, 2008

La obras que produce la Fe

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?
¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?
¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?
Como está escrito:
¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz,
de los que anuncian buenas nuevas!
(Romanos 10:14-15 RV60)

El Señor Jesús planteó por boca del apóstol Pablo estas preguntas, que hoy día tienen la misma vigencia que hace casi dos mil años. La respuesta, la única respuesta posible es Cristo mismo, el Señor Jesús, quien obrando en la vida personal de cada hijo de Dios es suficiente para atraer a todos hacia Él.

La intención de Dios es que respondamos decididamente y sinceramente hacia nuestro interior si realmente vivimos en Él; valdría la pena replantearse las mismas preguntas parafraseándolas en lo personal:

¿Cómo pues invocarán a Jesús si no le pueden creer porque no lo ven en mí?
¿Y cómo creerán en Jesús si ni siquiera lo he mencionado?
¿Y cómo oirán el mensaje de Jesús si nunca se los he dado?
¿Y cómo voy a dar Su mensaje si nunca busco a los que lo necesitan?

La escritura es vida, está hecha para vivirla cada día; el simple ejercicio racional de entenderla no basta, la Palabra de Dios es viva y eficaz, corta como espada, discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, nos confronta con nuestra propia realidad.

Jesús nos dice Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. (Juan 15:3-4 RV60).

Todos los seres humanos tomamos cientos de decisiones día a día, la dificultad de una decisión no es tomarla, el problema es sostenerla. Quien ha tomado su decisión por Cristo tiene el mismo reto: permanecer en Él, porque sólo así Jesús será visible en nosotros y podremos predicar con hechos, como dice Santiago, mostraremos nuestra fe por nuestras obras, las que Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas, porque la fe sin estas obras es muerta.